Te proponemos una serie de rutas culturales diferentes por el Prepirineo Aragonés. Una forma diferente de conocer el patrimonio que pocas veces sale en las visitas culturales. Un viaje al lado más escondido y desconocido de nuestro territorio. A lo largo de las rutas hemos escondido pistas e inventado historias para mostrarte de forma divertida esta belleza sumergida. !Adelante y no olvides encender tu GPS!
Huellas de la Guerra
El cerco de Huesca duró tan sólo dos semanas, pero sus restos llegan hasta nuestros días. Durante esos 15 días el bando republicano, y especialmente la sección anarquista, intentaron, sin éxito, tomar Huesca. Los anarquistas perdieron en esta batalla a 1000 hombres, e hirieron a grandes personajes como George Orwell.
Monflorite: el hogar temporal de George Orwell
El escritor británico Eric Arthur Blair (1903-1950) más conocido como George Orwell describió en su libro “Homenaje a Cataluña” sus recuerdos durante los 6 meses que estuvo en España y sus experiencias durante los ochenta días que pasó en el frente de Aragón, de enero a junio de 1937. En el frente sufrió penurias, calamidades y desesperanzas, describe lo que ve, lo que siente y lo que piensa.
Orwell viajó a España en diciembre de 1936 con el objetivo de escribir artículos periodísticos sobre la Guerra Civil Española, pero terminó por enrolarse en Barcelona en las milicias del POUM, Partido Obrero de Unificación Marxista, un partido leal al Gobierno de la República. Orwell combatió primero en Los Monegros, en los alrededores de la Sierra de Alcubierre, y desde el 16 de febrero de 1937 lo hizo en el “cerco de Huesca”, en el entorno de Monflorite y La Granja.
Junto a la plaza Mayor está la casa que hizo las funciones de hospital de sangre durante la guerra. En ella Orwell convaleció durante dos semanas, en marzo de 1937, tras una herida en la mano. En febrero de 2017 se colocó en su fachada una placa conmemorativa.
En ella se puede leer: “Con el brazo en cabestrillo pasé unos días de ensueño paseando por el campo. Monflorite era la típica acumulación de casas de barro y piedras, con callejas tortuosas que los camiones habían recorrido hasta dejarlas como los cráteres de la luna (…)”.
Orwell fue de nuevo herido en el cuello por un proyectil de bala procedente de un francotirador el 20 de mayo de 1937.
Impacta como describía Orwell los hospitales y es que “eran barracones construidos a toda prisa, donde los heridos normalmente sólo pasaban unas pocas horas antes de ser trasladados a Barbastro o Lérida”. Y también lo que escribía la enfermera australiana Agnes Hodgson “nos concentrábamos en las heridas más urgentes, pero era muy difícil y muy duro diferenciar entre ellas. Heridas que en hospitales normales hubieran requerido inmediato tratamiento, allí tenían que esperar”.
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