H e X i es un gran amante de la bicicleta, no solo como deporte sino también como medio de locomoción. Por ello no es raro encontrarlo buscando algún caché junto a su bici, o acudiendo a algún evento con su inseparable compañera.
Sin embargo, a veces, con tanto paseo en bici se olvida de los sitios en donde ha estado o por donde ha pasado. Y eso mismo le ocurrió tal día como hoy de hace unos años, en que salió a dar un paseo en bicicleta.
H e X i salió de Canet d'en Berenguer, su segunda residencia. Recuerda estar mirando el mar al final de la calle Flor de Maig, cuando dió un giro de 180 grados y se puso a pedalear. No obstante una avenida con nombre muy mediterráneo llamó su atención, por lo que giró a la izquierda, hasta que llegó a una rotonda, en donde volvió a girar a la izquierda. De nuevo se vio mirando el mar, embelesado por la calma de las aguas.
De esta localidad no recuerda nada más. Si sabe que pasó después por Sagunto, la gran ciudad romana. Allí recuerda estar justo al lado del río Palancia, a la altura de una calle cuyo nombre evoca a una antigua ciudad soriana asediada precisamente por los romanos. En ese punto sabe que decidió seguir aguas arriba hasta que llegó a la esquina de una calle dedicada a un gran rey de los valencianos. Giró a la izquierda hasta llegar al siguiente cruce, en donde giró de nuevo a la izquierda. Sin embargo, al llegar al siguiente cruce, se dió cuenta de que se había equivocado, así que giró sobre sus pasos, regresó a la anterior calle y giró a la izquierda. Llegó a una pequeña plaza, giró a la izquierda por la calle de un famoso cocktail y siguió un par de manzanas. No recuerda más.
De su siguiente paso por Puçol solo recuerda estar en el cruce de las avenidas Valencia y Hostalets, continuar hacia el sur y girar hacia el este en la calle Caminas, en donde continuó unos metros hasta llegar a una pequeña rotonda.
A continuación recuerda haber llegado a Museros, pueblo en donde se perdió en su gran polígono industrial. Sabe que se encontraba en el final de la Avenida Constitución por el sur y que giró hacia el oeste hasta que llegó una rotonda. Lo que pasa es que allí se mareó un poco, con tanto tráfico y en vez de continuar hacia el sur, regresó hacia el norte. Por suerte, enseguida se dió cuenta de su error y en el primer cruce giró a la derecha hasta que llegó, de nuevo, a la Avenida Constitución.
Su siguiente parada fue en la localidad de Albuixech. Aquel pequeño pueblo le gustó bastante, por lo que decidió dar algunas vueltas por él. Se Empezó por el carrer Major, a la altura de la calle de la patrona de los músicos. Como tiene amigos músicos, decidió continuar por esta calle. La calle no era especialmente bonita, así que en el siguiente cruce giró a la izquierda y, luego, por la calle de la patrona de los marineros regresó a la calle mayor. Allí descansó un rato a la sobra de un árbol gigantesco y repuso fuerzas con algo de fruta. Una vez recuperado decidió continuar hacia el sur, pero pronto una nueva calle dedicada a otro patrón llamó mucho su atención (¿por qué será?) y decidió tomarla en dirección este. Sin embargo, no merecía mucho la pena, así que en el siguiente cruce regresó al carrer Major.
De Meliana, solo recuerda que lo atravesó por la antigua carretera de Barcelona, exactamento lo mismo que hizo en Almàssera.
Llegó pronto a Tavernes Blanques, y como allí tiene también unos amigos, decidió ir a buscarlos. Se encontraba en el cruce de la calle Mar con la de un gran humanista, y siguió hacia el este. Atravesó la rotonda y siguió recto. Pero se dió cuenta, al llegar a la Huerta, que se había equivocado. Así que dió media vuelta, regresó a la rotonda y allí giró al sur hasta que llegó a una nueva rotonda.
Finalmente su paseo le llevó a València. Como el centro está últimamente muy accesible para las bicicletas, decidió dar un último paseo antes de irse a casa. Empezó por la calle Exarchs, a la altura de la Iglesia de los Santos Juanes. Allí siguió en dirección a una de las calles más tradicionales del centro: Bolsería. La siguió hasta que llegó a una plaza, y allí decidió hacer un giro y regresar por la calle dedicada al último gobernador almohade de València. Continuó hasta llegar de nuevo a la calle Exarchs, pero se encotró con la calle cortada por una volta a peu, un casal fallero y una procesión, todo a la vez. Así que dió media vuelta y en la primera opción que tuvo giró de nuevo a la derecha hasta llega a Bolsería.
Y esto es todo lo que H e X i recuerda de aquel paseo. No tiene muy buena memoria, pero ten en cuenta que es una persona... muy ordenada.
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