El castillo de Chinchilla es la fortaleza del siglo XV que protege a la Muy noble, muy leal y fidelísima Ciudad de Chinchilla. Declarado Bien de interés cultural, este castillo se sitúa en un lugar estratégico. Es por ello por lo que aquí siempre ha habido alguna edificación: sobre los cimientos romanos se han encontrado restos de murallas godas, árabes y cristianas.
Durante casi tres siglos el castillo fue usado como prisión, destacando como presos a César Borgia. En la memoria de nuestros mayores está presente El Penal, edificio que se levantó dentro del recinto del castillo, eliminando así los restos de la Torre del Homenaje (cuentan que la hermosa torre fue derribada por las tropas francesas al huir durante la Guerra de Independencia), a finales del siglo XIX. En los primeros años hubo hasta tres fugas. Se cerró en varias ocasiones, la primera en 1925 durante la dictadura de Primo de Rivera, y la segunda durante la Segunda República. Las condiciones del edificio eran deplorables. Había ciertos problemas de estructura, pero el problema mayor era la escasez de agua, mal histórico de la ciudad. Era costoso subir el agua hasta lo alto del monte, por lo que a cada preso se le reservaban solo dos litros diarios, con los que tenía que beber, asearse y lavar la ropa. Esta escasez provocaba que el edificio estuviera sucio y pestilente. Los fríos provocados por la situación, acrecentados por los problemas estructurales, multiplicaban el daño. Y luego estaban la brutalidad y los castigos, como recortar el agua, sobre todo en verano. Finalmente, el penal fue cerrado en 1946, y demolido en los años 70.
En 2008 comenzaron las obras de restauración del castillo, en la que se excavaron los fosos, encontrando restos arqueológicos como cerámicas. Se aprecia por la sillería que el castillo se construyó adaptado a una nueva técnica de guerra que empezaba a aflorar en la época: la artillería.
En la actualidad el castillo está cerrado, ya que hay proyectos de reconstrucción del interior. Cuando yo era pequeño se podía acceder, y recuerdo subir por una estrecha escalera a las torres de la puerta.
Por aquí cerca estaban las finales de un multi llamado "Ghengalet", que fue de mis primeros cachés. Guardo buen recuerdo, ya que toda mi familia me acompañó a buscarlo. Su dueño era Perro Loco, que nos dejó para siempre. Sirva este caché como homenaje a aquél otro. Chinchilla y su castillo siempre merecen un caché.