El día de la prémiere, las mujeres tenían directrices para ir vestidas de largo. Tantos eran los invitados al estreno de la boite que el propio Peret, plato fuerte de la noche, tuvo dificultades para acceder.
Centenares de personas se agolpaban a las puertas del ya edificio más singular de la autovía de Castelldefels. Público de clase media-alta. Entre la selección musical, discos de importación. Más de 20 camareros se empleaban para que nada quedara en el aire. Era el 11 de mayo de 1970. El kilómetro 0 de la sala de fiestas Silvis.
Transcurridos casi 40 años, el visitante percibe la crueldad del paso del tiempo. Malas hierbas flanquean este espacio olvidado. Diez años sin actividad. Abandonado en el epicentro de una de las principales arterias de Cataluña. A un lado, la reserva natural Remolar-Les Filipines y, más al fondo, la nueva terminal aeroportuaria, la colosal T1 de El Prat; al otro, una hípica, un viejo circuito de karts y las instalaciones de La Pava. Un lugar fronterizoentre Viladecans y Gavà. Unos mil metros abandonados.
Extraido de elmundo.es