Se trata de una gran Plaza ubicada al sur de la localidad peñarandina y, aun no formando parte del conjunto de las tres plazas centrales que forman el conjunto histórico-artístico de Peñaranda, se trata de un lugar de encuentro y tránsito de la localidad.
Esta plaza es de moderna construcción, puesto que es fruto del Programa de Reconstrucción de la ciudad tras el Estallido del Polvorín en 1939: ¿Sabotaje o accidente? Ésta última es la tesis que se impuso. El caso es que los supervivientes revivieron la sombra de la guerra ante la explosión y el incendio de un tren que pasaba por la estación, cargado de amonal, y de algunos polvorines cercanos a ella.
La Historiaha guardado fielmente la memoria del suceso: Historia viva y dramática entre las gentes de Peñaranda; Memoria oficial, guardada para la Historia en numerosos Archivos. La propia arquitectura de Peñaranda reconstruida es una viva memoria del modelo de “Reconstrucción nacional” de la postguerra. Pero en este tema no coincide la memoria popular con la memoria oficial. La propaganda oficial haría de Peñaranda el objeto de una “reconstrucción” ejemplar. Mientras que la opinión popular manifiesta la diferencia entre las promesas estatales y las ayudas recibidas.
La Plaza Nueva fue construida en 1942 sobre la antigua charca de La Poza, anegada por los escombros del polvorín, con el esfuerzo de un grupo de presos republicanos, desplazados a Peñaranda para su construcción después del estallido del polvorín.