Pues sí, son las Torres Blancas más grises que he visto.
Hay una gran cantidad de rumores sobre este oxímoron arquitectónico: que si iban a cubrirse con mármol blanco, que si el color blanco deslumbraría a los conductores de la Avenida de América y lo prohibió el Ayuntamiento, que si no hubo dinero para enlucirla, que si el hormigón debería haber cambiado de color al fraguar... Esta última versión había dado yo por buena, porque creo recordar una intervención en la radio del arquitecto, Francisco Javier Sáenz de Oiza, en cuya plaza hemos situado el tesoro.
Según declaró su hijo a El País, la explicación es más filosófica (y pelín increíble): “El hormigón visto estuvo siempre en el origen del proyecto, se bautizaron Blancas en honor a las pinturas y el purismo de Le Corbusier".
Fue una gran provocación en su día. A mi padre no le gustaban ni un pelo y ese sentimiento sospecho que era bastante compartido por los madrileños de los años 60-70.
Pero el tiempo cambia la percepción estética y ahora es un edifico emblemático con multitud de admiradores.
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Como la plaza/parque esta concurrida siempre, excepto a horas intempestivas (la foto panorámica esta hecha a las 8 de la mañana) lo aconsejable es ir a primera o última hora, o por la noche. es mejor que primero veas las fotos de ayuda y pases disimulando si hay mucha gente. Una vez localizado el sitio, rápido movimiento de disimulo...
El reto es volver a dejar las cosas como estaban, sin que nadie sospeche: tú puedes hacerlo.
Originalmente era más grande y contenía algunas cosas, pero los continuos expolios me han llevado a reducirlo únicamente al contendor con el listado. Da pena, pero bueno. No hay ni boli ni lápiz.