Son numerosas las explicaciones que dan origen a este dicho, pero la que toma más fuerza es aquella que hace referencia a la imposición de Carlos III al gremio de prostitutas. Para revelar su condición y que nadie se llamara a engaño, estas eran obligadas a vestir el jubón o mantilla (que acababa en picos ) de color pardo.Otros hablan de que fue la falda lo que se obligó a llevar de ese color y con varios cortes en la parte de abajo.
Sea como fuere, está claro que la frase se usaba como eufemismo para aquellos que iban con mujeres de vida alegre, aunque hoy en día se usa en ambos sexos para decir que uno se va de fiesta o de parranda, sin esa connotación sexual.
Es un caché no muy recomendado para hacer con niños, pero ideal si lo que quieres es apagar tu fuego.