El Pazo de Campelo es un ejemplo típico de la arquitectura civil gallega tan propia de las familias hidalgas o infanzonadas. Se ubica, como su propio nombre indica, en la feligresía de San Xoán de Poio. Pese a no estar blasonado, de manera que se desconocen las armas vinculadas a esta casona, destaca esta construcción por la torre almenada de cuatro plantas, cada una de cuyas aristas culmina con un desagüe cilíndrico, imitando la forma de cañón, más un pináculo rematado en orbe.

Los jardines que rodean la edificación están adornados con una hermosa fuente de tres vasos sin parangón en el resto del municipio, y que por su hechura recuerda ligeramente la fuente de la Praza da Ferraría, en el inmediato concejo de Pontevedra. Se llega al jardín a través de un pasillo porticado sobre el cual se encuentra la solaina balconada. El importante desnivel que originalmente existía en el terreno conllevó, como solución arquitectónica, aterrazar los jardines en varias alturas, creando para ello el imponente muro de contención y balaustrada pétrea.