La Basílica de San Juan de Dios se sitúa en la calle y barrio a los
que da nombre, junto al Hospital y Monasterio de San Jerónimo.
Comenzando en la Plaza del Triunfo y desembocando en la de Gran
Capitán, esta calle se convirtió en los siglos XVII y XVIII en vía
importante por donde transcurrían fiestas y procesiones, que desde
el Campo del Triunfo -centrado con la imagen de la Inmaculada de
Alonso de Mena- se dirigían a la Catedral.
La iglesia, hoy con el título de Basílica por la Bula "Extat
Granate",de 1916, dada por Benedicto XV, fue comenzada en 1737 y
finalizada en 1759, a iniciativa del prior Alonso de Jesús y Ortega
y costeada con el dinero procedente de la caja central de la Orden
Hospitalaria para dar acogida a los restos de su fundador.
Esta orden fue fundada por San Juan de Dios - Juan Ciudad Duarte -
quien, nació en Monte Mayor (Portugal) en 1495 y siendo niño vino a
vivir a España. Fue pastor y militar, al servicio del emperador
Carlos V. Más tarde al llegar a Granada en 1536, se dedicó a la
venta de libros y romances; tenía su puesto en la calle Elvira, en
donde -como recuerdo- se edificó una capilla. Su vocación religiosa
le sobrevino por la lectura de obras devotas. Tomado por loco,
estuvo encerrado en una celda del Hospital Real, donde una lápida
recuerda este hecho. La Cruz y la Granada del anagrama de la Orden
son el recuerdo de la voz sobrenatural que él escucho: "Granada
será tu Cruz".
La Iglesia, última de las grandes obras conmemorativas promovidas
por las Ordenes contrarreformistas, proyectada como santuario y
enterramiento de su fundador, fue trazada por José de Bada, maestro
mayor de las catedrales de Granada y Málaga y de las obras de la
Compañía de Jesús. Su planta es de cruz latina: nave con capillas
laterales -dos a cada lado-, Crucero, Capilla Mayor y Coro.
Tribunas en crucero, nave y Capilla Mayor. Su interior aparece
bellamente ornado con obras escultóricas y pictóricas. Las pinturas
al fresco, representando santos, ángeles, virtudes, episodios de la
vida de San Juan de Dios..., fueron realizados por Diego Sánchez
Sarabia. Pero de todo este rico interior destacan los retablos y
fundamentalmente el Retablo de la Capilla Mayor, realizado por José
Francisco Guerrero entre 1744 y 1753. Se compone de un único cuerpo
y tres calles, separadas por altos y esbeltos estípites -elemento
sustentante típico de los retablos del s. XVIII-, y ático. Todo el
conjunto se ornamenta con placas geométricas y motivos vegetales.
En la calle central, más ancha, se encuentra: el Sagrario, un arco
que comunica con el Camarín y encima, en el ático, una hornacina
con la imagen de la Inmaculada.
Tras el retablo mayor se encuentra la Sacristía, de planta
rectangular dividida en tres tramos mediante dos arcos torales y
cubierta con bóveda de arista. De gran riqueza decorativa, tanto
por las pinturas al fresco de Sarabia, como por las cajoneras,
cuadros y cornucopias.
En el lateral izquierdo del retablo se abre la puerta que da paso
al Camarín, situado encima de la Sacristía. Los camarines, junto
con los Sancta Santorum o capillas sacramentales, constituyen uno
de los espacios más representativos de las iglesias barrocas del s.
XVIII. Si los Sancta Santorum estaban dedicados a la exposición
diaria del Santísimo Sacramento, los Camarines lo eran para el
culto intimista de una imagen determinada, generalmente la Virgen;
aunque con excepciones como éste, que está dedicado a guardar las
reliquias de San Juan de Dios. De planta rectangular, como la
Sacristía, pero divide sus tres tramos mediante paramentos:
antecamarines y camarín en el centro. Todo el conjunto está
decorado con pinturas de Tomás Ferrer, espejos, cobres, cobres
pintados, maderas doradas y pequeñas en las que descansan urnas con
calaveras y huesos de santos. Cabe destacar en la escalera de
acceso al camarín su balaustrada de madera y el zócalo de azulejos
sevillanos.
La Portada, flanqueada por dos altas torres, está concebida a
manera de retablo: dos cuerpos y tres calles, separadas por
columnas de órdenes corintio - cuerpo inferior- y compuesto -cupero
superior, sobre altos pedestales. En las calles laterales del
cuerpo interior se abren dos puertas y sobre ellas las imágenes de
San Gabriel y San Rafael; en la central, más ancha, se encuentra la
puerta principal; en la calle central del segundo cuerpo una gran
hornacina acoge la imagen de San Juan de Dios, apareciendo en los
laterales relieves alusivos a San Ildefonso y Santa Bárbara. Se
remata la podada con frontón curvo partido, en cuyo centro aparece
un medallón con un relieve de Dios Padre y sobre él una granada y
una cruz, símbolo de la Orden. |