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El
puente
El Puente Mayor de Valladolid fue
construido, según la tradición, en 1080 por iniciativa de Doña
Eylo, esposa del Conde Ansúrez. Su edificación tuvo gran
importancia en el desarrollo urbano, en particular manifestado en
la incipiente formación de un nuevo barrio al otro lado del río
Pisuerga, el Barrio de La Victoria.
Lo cierto es que el actual puente debe
datar de los siglos XIII o XIV, lo que se ve por sus
características estilísticas: arcos apuntados. En algún momento
(quizás en el siglo XV) fue duplicada su anchura, como se aprecia
en el intradós de los arcos, siendo en realidad dos puentes
paralelos adosados.
A finales del siglo XVII, el
puente tenía diez ojos y como pretil una barandilla rematada con
bolas. Las crecidas e inundaciones, así como el uso constante
hicieron necesarias importantes reparaciones en numerosas ocasiones
durante los siglos XVII y XVIII. En 1689, con motivo de la visita
del rey Carlos II a la ciudad, se construyó un arco del triunfo a
la entrada del puente por el lado del Barrio de la Victoria, arco
demolido en el siglo XIX. En la otra boca del puente se elevaba el
pequeño humilladero de San Sebastián, derribado durante la Guerra
de la Independencia.
También durante esa guerra, en
1812, se volaron dos arcos, por las tropas inglesas y por las
francesas; que fueron reparados con estructuras de madera que,
provisionales o poco sólidas, plantearon la conveniencia de
rehacerlos en piedra, reconstrucción que se acuerda con el cantero
vizcaíno Juan Yrure en 1825, definitivamente terminada en
1828.
En 1886 se reformó el puente con
profundidad, regularizándolo y construyendo el actual tablero, con
lo que el puente perdió sus antiguos pretiles y su antiguo tablero
con subida-bajada típico de los puentes medievales.
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