Para poder encontrar el cache
hay que visitar primero el Pont del Diable (N 41º 28,5010 E
1º 56,2600).
Construido en época
romana, sobre los años 10-8 aC, sobre la Via Augusta, fue el
único puente del valle bajo del Llobregat hasta el siglo
XIV. Ha sido reformado en varias ocasiones: en 1143 y 1283 debido a
crecidas del río. En esta última ocasión se
reconstruyó en estilo gótico con dos arcos ojivales
para evitar el efecto de las crecidas del río. Durante la
guerra civil, en el año 1939, las tropas republicanas en su
huida hacia Barcelona, van volando todos los puentes que atraviesan
para dificultar el avance de las tropas franquistas, y el Pont del
Diable es víctima de estas acciones. En 1963, se reconstruye
respetando la estructura de la reforma gótica de
1283.
Bajo el arco romano se pueden
apreciar unos pocos metros cuadrados de la original Vía
Augusta, por lo que si visitáis el lugar no dejéis de
poner los pies sobre 2000 años de historia.
Al lado del Pont del Diable,
también puede apreciarse el yacimiento arqueológico
que conforman los restos de la Capilla de Sant Bartomeu.
Documentada desde 1208, fue destruida en 1835. Las excavaciones
realizadas en 1991 pusieron al descubierto los restos de la planta
rectangular con parte del pavimento. Se ha constatado la existencia
de un cementerio anexo. Puede verse en el punto N 41º
28,5010 E 1º 56,2170 una placa conmemorativa a los muertos
en la guerra de sucesión (1705-1714) y en la guerra del
francés (1808-18AB).
En los jardines anexos al
Pont del Diable, encontraréis una placa (N 41º
28,4810 E 1º 56,2293) que indica el nivel que
alcanzó el río Llobregat en las últimas
inundaciones sufridas por el pueblo en septiembre del año
1CD1. Muchos de
nosotros, padres y familiares tuvimos que salir de las casas en
barca a través de ventanas y balcones.
Para obtener la
localización exacta del cache del Castillo de Rocafort deben
sustituirse las letras anteriores en las siguientes
coordenadas:
N 41º 27,
(D+A+A)
(C-D)
(B)
E
001º 55, (B*A) (C-D-A)
(D-A)
La aproximación al
caché puede hacerse en coche hasta un pequeño parking
que hay bajo la autopista, camino del cementerio de Martorell (N
41º 28,257 E 1º 55,493).
Desde aquí, la
carretera se bifurca: por la derecha vamos al cementerio, pero
deberemos seguir la de la izquierda, que lleva a Sant
Sadurní d’Anoia.
Tras andar unos 300 metros
desde el parking, encontramos en el punto N 41º 28,0655 E
1º 55,2942 un desvío a la izquierda por el que se
inicia el ascenso a Sant Genís de Rocafort. Tras una subida
de unos 20 minutos y un desnivel de aproximadamente 100 metros,
llegamos al Castell de Rocafort.
El priorato benedictino de
Sant Genís de Rocafort fue fundado por Guillem II Bonfill y
su esposa Sicarda, señores de Castellvell de Rosanes, hace
casi 1000 años, en 1042. Fue panteón familiar de los
barones, que tenían posesiones por todo el Baix Llobregat,
desde Olesa hasta Cornellá.
Del Castillo de Rocafort
quedan hoy en día escasos vestigios: sólo algunos
trozos de muralla flanqueados de torres redondas que siguen el
perfil de la roca. Esta fortificación está situada en
una pequeña montaña al sur del pueblo. Los restos que
se conservan se datan de mediados del siglo XII y fueron donados
por su propietario, Pau Sendrós, al pueblo de Martorell el
año 1967.
Desde el castillo pueden
verse, hacia el norte, los pueblos de Sant Esteve Sesrovires,
Martorell, Esparreguera, Abrera, Olesa de Montserrat,
Collbató y, en un día claro, la montaña de
Montserrat.
Hace un par de años hubo un incendio en la zona y debido
al fuego y a las lluvias posteriores han caído algunos
árboles que cortan el camino. Se pueden sortear muy
fácilmente y volver al sendero.