Un claustro sin iglesia, recuerdo del convento franciscano que luego se transformaría en cuartel militar.
La hermosa decoración de sus arcos bien merece una visita.

El claustro gótico de San Francisco de Ourense es uno de los claustros franciscanos de transición entre los estilos románico y gótico mejor conservados de Galicia. Son destacables tanto su arquitectura como la escultura.
El claustro es la pieza más antigua del convento, perteneciente al periodo de 1325 y 1350. Presenta una planta irregular, con tres series de arcadas ligeramente apuntadas con columnas dobles.


La planta rectangular del clausto está definida por columnas pareadas que soportan 63 arcos apuntados con decoración en el arranque de los arcos y en los capiteles y canecillos. Y 76 columnas dobles excepto las 4 últimas que son únicas y de fuste cuadrilobulado.
Es muy hermoso el trabajo de los capiteles, con reminiscencias románicas. La cara interna de los arcos presenta esculturas de los apóstoles Santiago y San Pedro.



En la decoración escultórica de los capiteles se mezclan motivos vegetales (como hojas de los árboles gallegos), con motivos zoomórficos, animales fantásticos y reales (como perros, leones y elefantes), y motivos antropomorfos, además de escenas del antiguo testamento, de caza y bélicas.
La idea que se repite constantemente en este claustro es la lucha del cristiano contra el pecado a través de las escenas de lucha y caza.
La decoración de puntas de diamante es muy refinada.



En el claustro hay una arcada de cinco arcos que conduce a la sala capitular. Tuvo que ser reconstruida en el siglo XVI y la entrada está flanqueada por imágenes de la Asunción.
En 1835 quedó convertido en cuartel de infantería hasta que fue abandonado por los militares en el año 1987.
Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1923.

Claustro de San Francisco