Esta escultura de bronce, obra de Louise Bourgeois (París, 1911- Nueva York, 2010), aborda la cualidad dual de la maternidad, puesto que la araña emplea su seda tanto para elaborar capullos como para atrapar a sus presas, al tiempo que explora la complejidad de la mente humana. Su elegante e impactante presencia no pasa desapercibida. Está situada en la fachada posterior del Museo Guggenheim Bilbao
Su obra es muy personal, con frecuentes referencias a una dolorosa infancia marcada por un padre infiel y una madre cariñosa pero cómplice de la situación. Y al mismo tiempo tiene un carácter universal, ya que encara el reto agridulce de ser un ser humano.
Nuestra araña se llama Mamá (Maman) y está junto al Museo Guggenheim de Bilbao. Tiene casi 9 metros de altura, y es una de las esculturas más ambiciosas de Bourgeois.
Las arañas, que Bourgeois presenta como un homenaje a su madre, que era tejedora, ponen de manifiesto la duplicidad de la naturaleza de la maternidad. La madre es protectora y depredadora al mismo tiempo.
La araña utiliza la seda tanto para fabricar el capullo como para cazar a su presa. Así que la maternidad encarna fortaleza y fragilidad.
Estas ambigüedades se ven intensamente reflejadas en esta Mamá gigantesca, que se sostiene ominosamente sobre unas patas que semejan arcos góticos y que funcionan al mismo tiempo como jaula y como guarida protectora de una bolsa llena de huevos que se encuentran peligrosamente adheridos a su abdomen.
La araña provoca pavor y miedo pero su gran altura, sorprendentemente equilibrada sobre unas ligeras patas, transmite una vulnerabilidad casi conmovedora.