Cerca de Aguilar de Campoo, aguas
abajo, el río Pisuerga penetra en una zona de páramos calizos.
Entre Villaescusa de las Torres y Mave, el río traza un recorrido
sinuoso, encajonado entre roquedos calizos entre los que se ha ido
abriendo paso en el transcurso de los siglos, formando el pequeño
cañón de La Horadada. A ambos lados del cañón, se sitúa el
Monumento Natural de Las Tuerces.
El paraje de la meseta de Las
Tuerces, que da nombre a este espacio natural, es visible junto al
pueblo de Villaescusa de las Torres. Sobre un roquedo que se yergue
junto al pueblo, los agentes meteorológicos han tallado un paisaje
de formas caprichosas y retorcidas que se elevan sobre el caserío a
modo de castillo encantado. El paraje nos invita a deambular y
perdernos por el laberinto de callejos y pequeños cañones horadados
en la roca y dejar volar la imaginación entre las formas sugerentes
y fantasmagóricas.
Las Tuerces son el más conocido
representante de los paisajes cársticos tan abundantes en esta zona
de la Montaña Palentina.
Para llegar hasta el caché podemos
tomar un camino que sale junto a la iglesia del pueblo de
Villaescusa de las Torres, por este camino se puede transitar con
cualquier vehículo hasta llegar al final del mismo donde nos
cruzaremos con la pista principal por la que continuaremos durante
un kilómetro y medio aproximadamente, hasta llegar al punto marcado
como parking donde dejaremos el coche.
A partir de este punto ya podéis
seguir andando para disfrutar de las vistas y del paraje. Si tenéis
tiempo podéis descubrir las caprichosas formas con que han sido
“talladas” las rocas y también los mágicos rincones y
pasadizos que abundan en el lugar. Merece la pena.
Esperamos que disfrutéis con la
visita de esta “Ciudad Encantada”.