Para llegar a estos magníficos árboles singulares, llamados Castaños de Calabazas, lo haremos desde de la localidad de Castañar de Ibor a donde nos conduce la carretera EX-118 que une Guadalupe con Navalmoral de la Mata. Desde las afueras de esta población tomaremos un camino de tierra que en dirección sureste discurre paralelo al Arroyo de la Fuente entre huertos, olivares y bosquetes de castaños y robles. Este nos lleva hasta el Collado del Postuero desde donde obtendremos una buena vista del Camorro de Castañar. Continuaremos el camino ahora en descenso entre robles melojos y helechos hasta llegar a los espectaculares castaños de calabazas.
El objeto de nuestra visita es un conjunto de 17 viejos castaños monumentales (Castanea sativa) y el gran Quejigo de la Fuente, situados en la ribera de la Garganta de Calabazas. Junto con los castaños se incluyen otros quejigos, acebos, sauces y enebros de singular porte, además de raras especies de orquídeas, madreselvas, rosales silvestres, olivillas, durillos, cornicabras, etc.
Asímismo, encontraremos algunos ejemplares de un árbol muy peculiar, el Loro, del que por su origen, podríamos calificar como fósil viviente.
Si continuamos un kilómetro más llegaremos por una estrecha senda entre helechos hasta el Chorro de Calabazas, que llevará agua conforme a la estación del año cuando los visitemos (en verano podemos encontrarlo seco). En cualquier caso merece la pena llegar hasta aquí para divisar la panorámica que se nos presenta.
No sabríamos decir muy bien cuál es la mejor época del año para la visita de los castaños de calabazas. Tal vez el otoño por los colores y la caída de la hoja, aunque en otras épocas del año, seguro que el lugar no os defraudará.
La espectacularidad de estos árboles no sólo reside en su impresionante porte, sus espectaculares raíces y su gran longevidad. Todo el entorno nos hace introducirnos en un lugar muy especial, principalmente por la variedad de especies que podemos encontrar.
