Algunos conductores me cuentan que, cuando llegan al cruce y tuercen a la derecha, un completo escalofrío les recorre el cuerpo. Empieza despacio, como si tal cosa y, después, súbitamente, el pensamiento se apodera de ellos como una taladradora.
- Poco menos de un kilómetro -me cuenta uno de ellos-, es inexplicable. Si no fuera porque voy a trabajar en una tierra cerca, de buena gana seguiría recto, hacia el pantano de Peñarroya.
Pero no, tiene que torcer y pasar por el kilómetro extraño. Ahí comienza una insólita recta que, si no fuera por los raros fenómenos, parece muy entrañable, flanqueada por los pinos y, a la derecha, por el antiguo canal.
- Una vez –me siguen contando-, al llevar unos 400 metros, una ligera sombra pareció cruzarse sin más. No le di valor, pero a la vuelta, ya al caer la tarde, yendo solo en la furgoneta, noté un ligero toque en el hombro. Instintivamente, volví mi cabeza. Cuando retorné a mirar la carretera, tuve que dar un volantazo para no pillar a un perro famélico que se había cruzado.
No se queda sólo ahí. Fenómenos chocantes siguen sucediendo. “No vengas más”, escrito en la polvorienta luna trasera de la furgoneta, sin haber visto a nadie merodear. A mí me han parecido siempre asuntos sin importancia, paranormales historias que inventan los lugareños para entretenerse, ya que la llanura no da para más.
Pero hace poco pasé por allí. Fui en bicicleta. Un especial magnetismo sentí al pasar por la recta. A la vuelta, ya al atardecer, pasadas las nueve de una tarde calurosa de julio, un excepcional sonido, procedente de la frondosidad de una zona boscosa, me sorprendió. Inquieto, paré la bicicleta y pude atender un triste lamento que se oía cada vez más claro. A veces rítmico y a veces anárquico, ruido casi, lo sentía dentro del alma. Me inundó de pies a cabeza y, estremecido, me acerqué al pinar. Una vez allí, súbitamente, las sombras de pinos y carrascas más el ligero rumor del viento, parecieron desvanecer el inquietante quejido desgarrador.
Desde entonces, no me he quedado tranquilo, he investigado y hablado con habitantes de la zona. Hay quien me habla del misterioso fantasma del canal. Y más que un espectro en concreto, parece ser la fantasmal sensación que puede sentirse: un quejido por aquí, una sombra que aparece o un rumor de agua que surge de la propia entraña del antiguo canal.
Pero eso no descarta, sigue pareciéndome, que cada vez que paso por aquí, visito el hogar de un concreto fantasma. Ese triste lamento se ha quedado impregnado en mi ánimo y solamente cesa cuando me acerco a la localización en que se calma. Recuerdo perfectamente el lugar donde el quejido cesa y el espíritu parece apaciguarse. Invito a acercarse a este sugestivo lugar porque, aun sabiendo que se puede sentir un ligero estremecimiento al recorrer la recta, allí parece habitar el curioso fantasma.
Cada cual ha tenido una experiencia distinta al recorrer el paraje, quién sabe la que puedas sentir tú. Te invito, intrépid@ geocacher, a descubrir tu íntima experiencia del fantasma del canal.
El geocaché
Para encontrar el geocaché y llegar al hogar del fantasma, hay que dirigirse a las coordenadas iniciales, que nos sitúan en un cruce. Una vez allí, torceremos hacia la derecha, si venimos desde Tomelloso. En todo caso, si se llegara desde otro punto, se debe coger la carretera en dirección al Waypoint marcado, que se llama "Final de la recta".
Se piden dos cálculos:
1) Se inicia el recorrido desde el punto inicial hacia el Waypoint, y hay que mirar el número escrito en el hito de kilometraje, que hay a la izquierda, una vez comenzada la recta. Este es el dato A para saber las coordenadas finales.
2) Hay que contar los pinos que flanquean la recta en el lado izquierdo, desde las coordenadas iniciales hasta el Waypoint "Final de la recta". Solamente se piden los pinos (no otro tipo de árbol), únicamente los que están a la izquierda y además, solo los que están en el borde de la carretera. Una vez que se llegue al Waypoint hay que dejar de contar. Este será el dato B.
Para conocer las coordenadas finales, hay que escribir en Certitude la solución: AB. Los datos hay que escribirlos de forma numérica. Los dos juntos, sin espacios.
Puedes conocer más datos sobre el Canal si visitas otro geocaché cercano.
El contenido original del caché consiste en: un pequeño objeto del fantasma, un logbook y un lapicero. Se pueden intercambiar objetos. Si se hace, que el intercambio sea justo. Pedimos que se vuelva a colocar el caché tal cual se encuentra escondido y discreción por el lugar. ¡Buena caza!
Puedes validar la solución a tu puzzle con certitude.