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(small)
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Colonias de Sland
Corría el año 1928 cuando el Rey Alfonso XIII, junto al entonces Presidente de Gobierno, General Primo de Rivera y el Ministro de Fomento, Conde de Guadalhorce, inauguraban una de las industrias más importantes de la comarca de La Sagra, la fábrica de cemento Asland, erigida en el monte del Águila, antigua ubicación de un castillo.
Por parte de la compañía estuvo presente en la cita el Consejo de Administración, el Conde Güel y el Marqués de Comillas. Y por parte de la institución eclesiástica, el Cardenal Pedro Segura y Sáenz, Primado de España.
La fábrica vino a dar trabajo especializado en una zona eminentemente agrícola a unos 500 obreros, casi todos vecinos de Villaluenga, a los que habría que sumar los 100 trabajadores más de las industrias dependientes de ésta, como los dos hornos y las tres cerámicas de ladrillo. Además de al personal obrero, la fabrica dio trabajo a personal técnico cualificado atraído desde Galicia, País Vasco, Cantabria, Asturias y Extremadura, que se asentaron en Villaluenga en lo que se vino a denominar "Colonia Asland".
Y es que, para ellos, en un pinar, se construyó un poblado, antes, a las afueras del municipio, con casas de diversas tipologías. Por un lado, las destinadas a los trabajadores técnicos de menor rango y, por otro, las de los ingenieros de más alto rango, mucho de los cuales procedían de ciudades nórdicas, por lo que en sus viviendas podemos vislumbrar influencia de estilos constructivos y arquitectónicos de sus zonas de origen.
La construcción de esta fábrica vino a sumarse al boom industrial acontecido en la zona de La Sagra toledana, con creación de minas, yacimientos e industrias relacionadas con la construcción (cerámicas, ladrillos, tejas, vidrios, etc.) y la siderurgia, poniendo a esta comarca en el mapa como una de los más importantes núcleos de elaboración de elementos constructivos de Europa.
Hoy la fábrica ya no proporciona tantos puestos de trabajo en el municipio ni en la comarca debido a la crisis de la construcción, pero allí siguen, en pie, con mayor o menor fortuna en cuanto a destrozos y vandalismos se refiere, las casas que ocuparon esos trabajadores, dicen, hasta hace unos 30 años.
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