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MTB III: Collado Cabrón Traditional Geocache

Hidden : 2/27/2011
Difficulty:
1.5 out of 5
Terrain:
3 out of 5

Size: Size:   regular (regular)

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Geocache Description:


Las siglas MTB, abreviatura de “mountain terrain bike” (bicicleta para terrenos de montaña) nos hablan de un apasionante deporte nacido como tal en la década de los 70 y mundialmente conocido como MOUNTAIN BIKE. Uno de los deporte que yo he practicado con más “pasión” y que me ha llevado, durante estos últimos veintitantos años, a disfrutar de la naturaleza como nunca, a conocer preciosos parajes, senderos espectaculares, complicadas trialeras, vertiginosos descensos y me ha enseñado a superarme ante la adversidad y a buscar los límites por encima de lo que te creías capaz de conseguir, aunque todo ello pasado por alguna que otra rotura, luxación, derrame, herida, corte, inflamación, etc.

Ahora, que ya me lo tomo con algo más de tranquilidad, he aprendido a combinarlo con otras aficiones tales como el geocaching y creo que nada más merecedor que este deporte para una serie de cachés. Tu eliges si los quieres ir a buscar en bici o andando. 

UN POCO DE HISTORIA 

En el año 1933 Ignaz Shcwinnn construyo en Estados Unidos la primera bicicleta realmente robusta. En esos años estaba más pensada para soportar el “maltrato” diario que recibían de los repartidores de periódicos, tan habituales por entonces. Este fue el comienzo de las bicis realmente duras.

Pero no fue hasta la década de los 70 cuando a estas bicicletas se les dio un verdadero uso en terrenos de montaña. Uno locos conocidos como “The Canyon Gang” (La Pandilla del Cañón) organizaban carreras cuesta abajo en las montañas de California dotando a sus bicicletas de unas llantas más anchas que les aportaban mayor robustez ante impactos.

Estas primeras carreras de descenso adquirieron su mayor auge cuando nombres míticos como Gary Fisher, Tom Ritchey o Joe Brezze se lo tomaron verdaderamente en serio y se dedicaron a perfeccionar las bicicletas para moverse con soltura por las montañas del condado de Marin en San Francisco.

Fue entonces cuando a Gary Fisher se le ocurrió modificar su bicicleta, pensada para bajar rápido, aplicándole los cambios de velocidad que le permitían también usarla en subidas. Y con esta y otras modificaciones en el grosor de los tubos, mejores soldaduras y ligeras variaciones en las geometrías de los cuadros, nació la MTB.

Desde entonces la evolución ha sido rápida y espectacular. En 1987 aparece la primera suspensión delantera construida por la compañía Trek y el 1990 se presenta, por la misma marca, la primera bicicleta con doble suspensión y hemos pasado de bicis rígidas de poco menos de 20 Kg. a máquinas de suspensión total de apenas 12 Kg., gracias, en gran medida también, a la mejora continua en prestaciones y ligereza de los grupos de componentes para bicicletas de montaña, mercado liderado por el gigante japonés Shimano.

Esto nos ha permitido a los aficionados llegar cada vez más lejos y atravesar cada vez zonas más complicadas, tanto de subida como de bajada, y  así disfrutar de manera silenciosa de todo lo que la montaña nos ofrece sabiendo que siempre nos queda la posibilidad de “cargar con la bici” si es necesario. Que buen aficionado no ha hecho con frecuencia lo que llamamos “rutas democráticas”: la mitad del tiempo sobre la bici y la otra mitad la bici sobre ti.

Y como no, dio lugar a un grandioso deporte, incluido rápidamente en las disciplinas de la UCI (Unión Ciclista Internacional) y que también ha evolucionado de forma espectacular de la mano de nombres míticos como John Tomac, Thomas Frischknecht , Ned Overend, Tinker Juarez, Juli Furtado o Greg Herbold, y tantos y tantos otros, con especial mención a nuestros españoles, los hermanos Misser, Javier Notario, Óscar Saiz , José Comesaña, Alberto León (recientemente malogrado y al que conocí personalmente) y los más recientes José Antonio Hermida y Marga Fullana, con los que hemos llegado a lo más alto en este deporte.

El C.O.I. (comité olímpico internacional) incluyó esta espectacular modalidad deportiva en las olimpiadas de Sydney 2000.

 

LA BICICLETA DE MONTAÑA EN ESPAÑA

En España, la bicicleta de montaña tuvo una increíble aceptación y rápida evolución por lo que las principales marcas de constructores, pronto nos incluyeron dentro de sus objetivos comerciales, así como en los calendarios de los organizadores de las más famosas carreras a nivel mundial, que vieron a nuestro país como uno de los que más aficionados movían en torno a las carreras.

Así hemos podido disfrutar de grandes pruebas deportivas tanto de Cross Country como de descenso, o las más modernas Slalom paralelos o Four Cross (4X) en plazas tan míticas para este deporte como Sierra Nevada, Manzanares el Real o, como no, nuestra querida Casa de Campo. Recuerdo especialmente la primera carrera que se hizo aquí. ¡¡Los mejores del mundo, los que más admirabas, venían a la puerta de tu casa!! Mi bici y yo no nos “despegamos” de la Casa de Campo desde que llegaron hasta que se fueron y el día de la carrera nos hicieron un magnífico regalo: el duelo “a muerte” entre el estadounidense John Tomac y el suizo Thomas Frischknecht (Frisquis para los amigos), Europa contra la todopoderosa USA, que acabó llevándose el americano en los últimos metros ya que eran en descenso y Tomac bajaba como nadie.

SOBRE EL CACHÉ

Tercer caché de la serie que, en esta ocasión, he escondido en uno de los parajes en donde más he disfrutado con la bici.  Se trata de “La Pedriza”, un entorno exigente donde ciclista, máquina y demás material sufren los suyo... y lo de su prima!!!

Para muestra este botón: el ascenso al Collado Cabrón. Tan solo 4 kilómetros desde Canto Cochino pero plagados de zonas técnicas y pendientes exigentes que nos ponen a prueba constantemente, aunque por fortuna, con algún tramo de respiro, lo que hace posible atacarlo de un tirón. Todas, o casi todas las zonas complicadas son factibles, pero seguramente no en la misma subida, por el nivel de exigencia, se hace casi imposible culminar sin poner algún pié a tierra. Pero bueno, ya que estamos en el Collado Cabrón ¿porqué no seguir un poco más? Una vez culminado el collado, la pendiente se suaviza durante un rato en dirección a Los Llanillos pero pronto vuelve a ponerse la cosa “chunga”. Pero merece la pena llegar al menos hasta donde está ubicado el caché, donde hay unas vistas espectaculares, siempre pensando que luego nos queda el descenso que es una auténtica gozada. Cuesta abajo las trialeras son menos duras.

El contenedor es una tartera de tamaño mediano con alguna cosilla para intercambiar.

Espero que disfrutéis de la búsqueda, tanto si vais en bici como a pié.

 

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