Se trata de un recorrido de 8 kilómetros
entre ida y
vuelta, fácil de hacer y en plena
naturaleza, veréis
cascadas de agua que harán que disfrutéis
del camino y
sin daros cuenta, llegaréis al desfiladero
que mide unos
500 metros de altura.
Uno de los grandes valores de esta senda
es la gran
diversidad forestal. Son muchos los
árboles y arbustos
que pueden verse: Arce, tilos, chopos,
fresnos, enebros,
serbales, espinos, endrinos, sabinas
negras, hayas,
pinos silvestres y encinas que forman
extensos
bosques.
Otros como el quejigo o el marojo, antaño
mas
abundantes, hoy quedan relegados a
pequeños rodales.
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